10 cosas que he aprendido trabajando remoto

Como ya he comentado alguna vez, llevo algo menos de dos años trabajando desde casa. Uno de los efectos de este hecho es que la cuarentena no me ha afectado tanto como a otra gente (vivir en República Checa ha ayudado también). Aparte de la ausencia de contacto con amigos de forma regular en persona, o ir a actividades con gente, mi rutina diaria no ha cambiado mucho durante ese tiempo. Eso no significa que una vez levantada la misma, me haya costado mucho más volver a la vida social y aprovechar el verano, que se me ha escapado un poco entre las manos. Sin embargo, diría que la causa ha sido perder ciertas rutinas que parecen innecesarias trabajando desde casa, pero que me resultaban muy útiles para mantener una actitud activa. Artículos como este se han hecho ya muchos en esta cuarentena. Simplemente tenía esto en borradores pre-cuarentena y he decidido aprovecharlo. También por haber llegado a ciertas conclusiones respecto al trabajo desde casa que no tenia cuando empece.

Trabajar desde casa de forma regular, me ha ayudado a desarrollar unas rutinas y aprender ciertas cosas que hacen que sea más fácil estar en casa muchas horas y no agobiarse tanto. También me ha hecho descubrir otras cosas importantes que no eran tan evidentes cuando tenía horario de oficina. Logicamente, no todo es perfecto, asi que tambien he aprendido cosas que hay que compensar.

  1. Vístete como si fueras a salir de casa.
    Las primeras semanas que empecé a trabajar remoto, pensé que podía cambiar la forma de levantarme. Si en lugar de la ducha, vestirme, arreglarme y tomar el café, simplemente me daba una ducha rápida y tomaba el café, ahorraría tiempo y estaría trabajando antes. Levantarme a las 8 y estar trabajando a las 8 y media sonaba como un avance. Error. Es cierto que podía sentarme antes delante del ordenador, pero todo el resto del día era un desastre. Me explico: en primer lugar, sentarme con el café y el pijama delante del ordenador solo hacía que mi mente estuviese como si fuese un sábado o día festivo. No ayudaba a concentrarme. Y tampoco ayuda a saber cuando dejar de trabajar, porque no ha habido una sensación de estar trabajando en serio o de empezar el día. Al fin y al cabo seguía en pijama y zapatillas de casa. Por otro lado, también dificulta realizar el siguiente punto.
  2. Al menos hacer un descanso largo para salir a la calle a pasear.
    Esto es importante. Hay que desconectar al menos una vez durante la jornada. Y esto implica cambiar de actividad de forma radical durante 15 o 20 minutos como poco. No necesariamente salir a la calle. Por ejemplo, sobre las 11 o las 12, depende de la agenda del día, me cambio de ropa y hago ejercicio (que es el punto siguiente) en casa. Eso o salir a dar un paseo. Lo importante es que hay que desconectar el cerebro, y andar leyendo blogs, o viendo videos de youtube o cualquier otra cosa delante del ordenador no ayuda ni a descansar el cerebro ni a desconectar.  Incluso sentarse en el sofá o tumbarse en la cama un rato sería suficiente. La experiencia me ha enseñado que si no hago algo de esto, trabajo peor, con menos efectividad y me cuesta más sentir que el día ha sido productivo.
  3. Actividad física.
    La gran ventaja de trabajar desde casa respecto a la oficina es que puedo reservar una parte del día para hacer ejercicio, en lugar de tener que esperar a acabar el día cuando ya estoy más cansado. Lo habrá experimentado mucha gente: salir de la oficina a las 6 de la tarde (los que tienen suerte, por lo que sé) y tener que ir al gimnasio. Si uno se lleva las cosas al trabajo y va directamente, al menos será capaz de hacer algo de ejercicio en condiciones. Si hay que pasar por casa a por la ropa del gimnasio, hay riesgos de que no se vaya a ir. A mi al menos, me pasaba. El primer año me reservaba todos los días el periodo desde las 12 hasta la 1. La agenda libre en ese periodo y cuando sonaba la alarma, paro y me ponía a hacer ejercicio. He cambiado esta rutina para poder hacer ejercicio más intenso, así que me levanto a las 7:30 y estoy en el gimnasio antes de las 10. Una vez hecho esto, el resto del dia va mucho mejor por muchos motivos, y cuando dejo de trabajar me he liberado de todas las obligaciones (incluso las autoimpuestas). El estrés se reduce en gran medida solo haciendo esto, la mente está más clara después y noto que me concentro mejor. Aparte del hecho que hacer deporte a diario es algo imprescindible, como todos sabemos.
  4. Trabajar por tareas, no por horas.
    Trabajar desde casa cambia el concepto de trabajo. Desde mi punto de vista, en realidad enfoca el trabajo de la forma adecuada. Por resultados. La cultura de oficina está enfocada mal, asumiendo que quién más horas hecha es el mejor trabajador. Todos a estas alturas, imagino, sabemos que eso es falso, que lleva a la cultura de calentar la silla y que al final solo consigue amargar la vida de todos y hacer que cualquier proyecto se alargue innecesariamente. Porque si la gente sabe que a las seis no queda nadie trabajando, se priorizarían las cosas realmente urgentes y todo el mundo intentaría dejar el trabajo del día acabado. Se plantearían los proyectos y tareas con tiempos más acordes a lo necesario y cada hora en la oficina sería una hora dedicada al trabajo en sí. Obviamente, si sabes que hasta las 7 o las 8 que se va el jefe te va a tocar quedarte allí, no tiene sentido pegarte una paliza para algo antes de las 5 de la tarde, porque vas a seguir estando allí. Ahora un paso más: cada uno podría irse a casa en el momento en que acabase el trabajo asignado o programado para el día. Cuántas veces no saldría gente antes de las 3 incluso. Pues esa es la mentalidad. Como trabajando desde casa no hay el concepto de «salir de la oficina», hay que plantearse las tareas programadas para el día. En ocasiones uno trabajará el día entero, bien sea por carga de trabajo, por interés en el proyecto o por estar especialmente enfocado. Pero otros días con 3 horas es suficiente. Y en ese momento, libre de hacer cualquier otra cosa. Comprar, cocinar, dormir, leer…
  5. Descansos lejos del ordenador.
    Hablo de descansos cortos, los que en la oficina se usan para ir a fumar (quienes fumen), para tomar un café en la cocina, etc. Una de las objeciones que se ponen al trabajo desde casa es precisamente que esos descansos permiten relacionarse con otros, hablar y desconectar del trabajo durante unos minutos. Estando en casa, argumentan, no se tiene ese contacto humano que tanto ayuda y se acaba todo el rato en el ordenador. Es cierto, pero irrelevante creo. Los descansos en casa han de usarse para ordenar cosas, poner cacharros en el lavavajillas, ordenar libros, poner una lavadora, tender la ropa… todas esas pequeñas tareas que si se va a la oficina, han de hacerse al volver por la tarde. Haciendo esto en los descansos consigue dos cosas: primera, una desconexión necesaria en la que no estamos en frente del ordenador y segundo, liberar la tarde completamente (o el momento del dia que se elija) para poder hacer lo que se quiera. Es decir, libera mas tiempo libre para quedar con amigos, hacer algún curso o ir a algún evento donde se socializa más que en la oficina.
  6. Socializar puede ser mas dificil.
    Este es uno de los puntos que más se usan en contra del trabajo remoto. Ciertamente trabajando desde casa uno no socializa igual que en una oficina. Normalmente en la oficina siempre hay alguien que nos cae bien y con quién hacemos amistad, por lo que hablas de cosas personales, vas a comer, organizas algun plan… Esto desaparece hasta cierto punto trabajando remoto. No es total, puesto que en remoto tienes que coordinarte con otros trabajadores remotos que puede que vivan en la zona. Pero el resultado es que los lazos son menos fuertes, y la sensación es que uno ha estado solo todo el dia. Diré que no es el fin del mundo y que, en realidad, es más la sensación de haber socializado que otra cosa. Recuerdo estando en Madrid que me di cuenta que apenas quedaba con mis amigos (generalmente de la facultad) debido que después del trabajo siempre había cosas que hacer (como antes, tareas domesticas, compra etc, que ahora puedo hacer en descansos durante la mañana) y a que cada uno estaba cansado como para comerse media hora en metro o más. La realidad es que durante la semana mucha gente no socializa tanto como cree, simplemente el estar con la gente del trabajo le da esa sensación. Pero se trata de sensaciones, al fin y al cabo, por lo que es algo que trabajando remoto hay que tener en cuenta y compensar. Esencialmente, requiere algo más de esfuerzo que trabajando desde oficina, requiere planear y organizar quedadas durante la semana. El tiempo libre extra puede usarse bien para esto. Pero implica un cambio en hábitos, en pensar a quién vamos a ver, donde vamos a ir, aunque sea para un cafe. Quizá esto es una cosa más personal que he notado yo, aunque creo que debido a que hemos estado acostumbrados a conocer gente de forma fácil solo con ir al colegio, instituto y universidad (quienes hayan ido), resulta casi natural esperar que ocurra algo similar en el trabajo. Y la oficina cumpliria esa funcion. Pero hay que resaltar algo importante: en la empresa ni todos van a ser amistosos, ni necesariamente nos van a caer bien. Por lo que hacer actividades extra en el tiempo libre, eventos para conocer gente con intereses comunes y actividades locales se convertirá en la nueva forma de socialización… o mejor dicho, volverá a ser la forma de socialización habitual.
  7. Se trabaja más por el mismo sueldo.
    Este argumento tiene parte de razón. Sin embargo no es debido a la naturaleza del trabajo remoto, sino a la dinámica habitual de las oficinas y a la mala gestión de los managers. Básicamente estoy diciendo que la calidad de los managers es mala, influenciada por las ideas desfasadas sobre cómo son las relaciones entre los trabajadores y los empresarios (o jefes, en general). Esto va cambiando poco a poco y se está aceptando la realidad de que empleado y empleador no son enemigos, sino que trabajan por un objetivo común. Incluso desde un punto de vista egoísta, esto es asi: el empleado hace lo que tiene que hacer para seguir teniendo un trabajo y obteniendo su sueldo, y el empleador intenta tratar bien al empleado para que siga produciendo de forma que puede seguir operando con beneficios. El origen de la idea de que son enemigos, viene de Marx y del comunismo. Pero son ideas erróneas planteadas de forma teórica por un individuo que no conocía nada de las fábricas, ni de lo que es trabajar en ellas ni siquiera tener una. Y aunque no fuese asi, su teoría fue desarrollada en el siglo XIX (a principios) con lo que están totalmente desfasadas. Pero aún no han muerto.
  8. La jornada de 8 horas esta mal disenada.
    Algo en lo que no soy el primero en notar. Obviamente, en trabajos tecnológicos ocurre que unas semanas apenas hay trabajo, con algunas tareas de mantenimiento, desarrollo o testeo en marcha pero nada excesivo, para después pasar a una semana en que hay que arreglar un bug o algun problema con los servidores y uno no para hasta encontrar el error y solucionarlo. En el primer caso, estamos hablando de un tipo de tareas que con 3 o 4 horas al dia es suficiente. Hay que tener en cuenta que otros han de revisar las modificaciones de código, o gente de infraestructura ha de configurar nuevos clusters para testear la fix, etc. En ocasiones, mas de las que uno pensaría, estamos hablando de trabajo de monitorización: lanzar algo en un cluster y comprobar cada cierto tiempo (digamos cada hora, pero depende del tipo de software, del tamano del dataset, etc) que sigue funcionando como se espera y no ha ocurrido ningún error. El segundo caso es algo peor, aunque más interesante. Y puede que sean unos días de trabajar hasta tarde. En cualquier caso, el resultado es que de media he notado que se puede trabajar unas 5 o 6 horas aproximadamente y se puede llevar todo al dia. Por eso, el horario de oficina es un vestigio de los tiempos en que no existía internet ni las videoconferencias. Otro dia hablare mas a fondo del trabajo en tecnológicas, que hay mucha tela que cortar.
  9. Las oficinas abiertas (open space) son una muy mala idea.
    Esto si merece una entrada a parte, pero daré unas pinceladas. Conecta con el punto anterior y con otras entradas que o bien ya he publicado, o escribire en breve. Pero en esencia uno se da cuenta de la cantidad de ruido y distracciones que se genera en un entorno como ese. Y el contraste se muestra de forma radical una vez que uno empieza a trabajar desde casa de forma regular. La idea parecía buena en principio: un espacio abierto donde todo el mundo colabora y no hay jerarquías que no se puedan traspasar. Que un desarrollador junior no entiende una parte del software que es más compleja? Puede pasarse por el lugar donde el experto está sentado y preguntar sobre ello. Qué mejor idea para mejorar esa colaboración de equipo y sacar adelante proyectos difíciles y apasionantes? Bueno, pues un despacho. Porque está muy bien eso de poder preguntarle a cualquiera sobre cualquier tema del que sepan, pero no hay que olvidar una cosa importante: la hora de trabajo del desarrollador senior es mucho más «cara» o valiosa que la del junior. Y quizá sea mejor idea dejar al senior hacer su trabajo de forma ininterrumpida y que el junior se espere a un momento determinado de antemano para preguntar. Aparte de este caso en particular, incluso los más jóvenes o inexpertos tienen problemas para ser productivos. Obtener respuestas a las dudas es más rápido o sencillo, pero a costa de ser eficaz y poder concentrarse. No es casualidad que la mayoría de desarrolladores en oficinas de este tipo usen auriculares con cancelación de ruido. Es obvio: tienes digamos 40 personas trabajando allí, en diferentes proyectos o en diferentes partes del mismo. Cada uno decidirá ir al baño o tomarse un descanso a tiempos distintos; un grupo puede que haya terminado de subir un cambio y tengan 10 minutos de espera, por lo que se ponen a comentar algun video, discutir sobre algún tema o comentar los planes para el fin de semana. Y eso ocurre con todos los equipos a tiempos distintos, haciendo que haya un ruido constante de fondo adornado con conversaciones de pasada, gente hablando aqui y alla, algunas risas u otras distracciones (como un dron volando por la oficina de extremo a extremo, si, esto ocurre porque son gente que les gusta la tecnologia y en general, tienen dinero para estos caprichos). Sinceramente, en mi experiencia, en este tipo de oficinas la gente trabaja de forma ineficiente y lo normal es que cuando hay algo importante o urgente que sacar, los desarrolladores deciden o llegar muy pronto o quedarse hasta tarde en la oficina para no tener distracciones. Vamos, que esas oficinas consiguen lo contrario a lo que se proponen.
  10. El trabajo remoto es el futuro (y cada vez más el presente).
    Esta conclusión es impepinable. Si, tiene desventajas respecto a la socialización y no es todo color de rosa. Pero la libertad y la capacidad de concentrarse en lo importante o bien de hacer otras cosas cuando la carga de trabajo es muy baja (ocurre más de lo que uno podría pensar) compensan esas desventajas. El simple hecho de que las vacaciones dejarán de ser como hasta ahora, ya que puedes viajar a un sitio que quieras visitar por un par de meses sin tener que restringirse a esos 15 o 20 días al año, hace que mucha gente acabe prefiriendo esta forma de trabajar. Pensadlo, ser capaz de irte en invierno a la playa o al sur, para escapar del frío y de los días grises es algo muy cercano a la libertad absoluta. Poder vivir unos meses en ese país o ciudad que te encantó y que te quedaste con ganas de visitar mas a fondo, todo sin tener muchas restricciones respecto a cuánto tiempo puedes pasar allí… O mas realista para gente con familia: ser capaz de gestionar problemas con los niños, medicos, gestiones bancarias o de otro tipo, comprar comida y cocinar, todo sin dejar de trabajar más que los descansos habituales. Sinceramente, es demasiado obvio que es una mejora para los trabajadores y para las empresas y todo aquel trabajo que pueda hacerse remoto terminará siendo así. Estoy convencido.
    Es una lastima que haya tenido que ser una pandemia la que ha forzado la mano y que algunas empresas aún no hayan decidido que esto no es temporal, sino la norma. Pero tiene más que ver con lo que llaman middle management: jefes intermedios que aún no saben cómo hacer su trabajo sin tener a su equipo a la vista. Eso sí que da para otra entrada, porque middle management sucks, pero otro dia. Por ahora, disfrutad del trabajo en casa si lo teneis, buscad como integrarlo con otras facetas de vuestra vida y no querréis volver a la oficina… o quiza si, pero sabiendo que de vez en cuando podéis cogeros unas semanas de trabajo remoto.

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